Correcto hotel en el centro de Logroño
En nuestra visita a Logroño elegimos este hotel porque está situado muy cerca andando de la la afamada Calle Laurel (la senda de los elefantes), lugar de peregrinación de locales y turistas a disfrutar de buenos vinos y magníficos pinchos en las decenas de bares de la zona.
El trato, tanto de recepción como en los desayunos es muy amable.
El garaje es una ratonera, muy viejo y estrecho, con plazas minúsculas. No hicimos uso de él.
Las zonas comunes, muy modernas y funcionales.
En definitiva: un hotel de lo más recomendable.
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